Se sentó enfrentándose directamente con su mirada. Pasada media hora no se sintió amada. A aquellos ojos les faltaba algo.
Comprendió que no te amas...que te aman, que en todo caso, eres amado. Supo, que para sentirse amada debía primero amar y que el amor más que estar en ti, alguien te lo regala...si mereces.
Se levantó de frente del espejo y corrió buscando un regalo...despreciado, que alguien alguna vez, pensó que merecía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario