Hace unas horas, del otro lado del sueño me
contaba un anciano mientras nos disponíamos a entrar a Tula, que en los comienzos, el viaje a la
muerte tenía pasaje de regreso.
Imaginé un sendero hacia la eternidad de
ida y vuelta, que pasaba por un gran
acantilado y que por ambición del Hombre, como siempre, por querer apropiarse
del paso, se desarrolló una guerra tan infernal que terminaron sellando por
siempre la entrada y que… ¡Noooo!, me dijo el anciano interrumpiéndome casi
con lástima evidente mientras reía por
mi entusiasmo fantástico. No es así dijo, la ida sigue igual, pero es el
retorno el que dejó de funcionar por falta de usuarios…