He visitado la ciudad última,
aquella que tal vez no debía de ver,
o que tal vez si, y es la última.
Una quimera, un juego de la vida,
una burla a la intuición o una mera casualidad.
La vida se colma de acontecimientos muertos,
nos damos cuenta, cuando nos acontece algo que nos moviliza,
cuanto tiempo quietos, hemos estado. Cuanto tiempo muerto,
para el poco tiempo que nos toca.
Así cuando acontece el devenir...New York, era la última ciudad
a la que iría. Un obsequio fijó el camino.
La palabra comienza su rutina de juego infinito...
He visitado la ciudad última,
aquella que tal vez no debía de ver,
o que tal vez si, y es la última.
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